Preparando la Trampa

—Entonces, ¿qué sugieres? ¿Deberíamos hacer que Selina hable mal de Natalia a Noah y arruine su reputación? —preguntó James con expresión oscura.

—Esa mocosa siempre fue fácil de manipular; no hay forma de que hable. Además, podrías pedirle a Papá que hable con ella. ¿Por qué hacer que Natalia pase por esto? —respondió Katie desviando la mirada, con tono culpable.

—¡Katie, no creas que no sé lo que tramas! —la voz de James se volvió fría y amenazante—. Has estado celosa de Victoria y maltrataste a Selina. ¡Mientras nadie se enterara, me hice el ciego! Pero hoy, ¡si arruinas esto para mí, me divorciaré de ti ahora mismo!

Katie retrocedió, demasiado aterrorizada para hablar.

Antes de bajar las escaleras, James le lanzó una advertencia a Natalia:

—Natalia, compórtate. ¡No me hagas ninguna jugarreta!

Era la primera vez que regañaban a Natalia, y se mordió el labio con indignación, arrojándose a los brazos de Katie.

—Mamá, ¡Papá es tan injusto! No quiero vivir más...