—¿Dónde está el dinero? —gritó Robert instintivamente al ver a Selina parada allí sin moverse.
Un destello de frialdad brilló en los ojos de Selina.
Cuando volvió a levantar la mirada, la frialdad había desaparecido, reemplazada por un comportamiento cauteloso. Sacó un billete de $100 de su bolso.
—Esto es todo lo que tengo...
Robert inmediatamente se enfureció. Se puso de pie de un salto y golpeó el billete contra el suelo con un fuerte *palmada*.
—¡Selina, ¿qué clase de actitud es esta?! ¡Te pido dinero y me das unos miserables cien dólares! ¡¿Estás tratando de insultarme como si fuera un mendigo?!
—Entonces... ¿cuánto quieres? —preguntó Selina bajando la voz.
Al oír esto, Robert pensó para sí mismo: «ella era fácil de manipular». Sin dudarlo, exigió:
—¡Oh, con quinientos mil dólares será suficiente!
—Pero no tengo esa cantidad de dinero... —respondió Selina instintivamente dando un paso atrás.