La mente de Selina quedó en blanco.
Su visión quedó completamente bloqueada cuando la palma de Logan cubrió sus ojos, impidiendo el paso de toda luz.
Perder la vista la inquietó, agudizando sus otros sentidos.
Cuando parpadeó, sus pestañas rozaron la palma de él. Pudo sentir un calor abrasador en la comisura de sus labios—un beso, ardiente pero contenido.
Pero el beso no se detuvo ahí. Descendió, sus labios rozando su cuello, dejando una calidez hormigueante a su paso.
El autocontrol de Logan se estaba desvaneciendo. Lo que había comenzado como un toque suave y reverente rápidamente se volvió desenfrenado, sus besos ardientes cayendo sin orden.
La respiración de Selina se volvió errática. Antes de perderse por completo, dio un paso atrás tambaleándose.
—¡Lo-Logan!
El hombre abrió lentamente los ojos, su mirada oscura de intensidad.
Selina no sabía qué cubrir. Apenas estaba envuelta en una toalla de baño—una que apenas cubría algo.