—La Señora Reid ciertamente no es tímida cuando se trata de alabarse a sí misma.
Selina sintió que se le atoraba la respiración en el pecho, incapaz de subir o bajar. Su rostro se puso rojo brillante.
—Tú, tú... —tartamudeó durante un largo rato pero no pudo decir nada coherente.
Su cerebro parecía haberse congelado por completo.
«¡Ahhh! ¡Este hombre! ¡Obviamente lo había sabido todo desde el principio, y aun así la había atraído deliberadamente a una trampa!»
Selina decidió arrojar la precaución al viento y levantó su barbilla obstinadamente.
—Soy así de increíble, ¿qué tiene de malo darme algo de crédito?
Logan arqueó una ceja, su tono burlón.
—Es verdad.
Selina sintió como si se estuviera ahogando.
Justo en ese momento, Jack le entregó un documento.
—Aquí está el contrato. Échale un vistazo —dijo Logan casualmente.
Selina lo hojeó y de repente vio un nombre.
—Ethereal Luxe... ¿Me estás dando este estudio?
—Para colaborar con Estrella, la sinceridad es imprescindible.