Natalia apareció en algún momento.
—¿Sorprendida de verme, hermana? —preguntó.
Selina entrecerró los ojos.
—No recuerdo que este evento te haya enviado una invitación.
Natalia sonrió con suficiencia.
—¿Y qué? Angelica es la heredera de la Familia Morris. Eso me convierte en una invitada VIP.
Selina asintió lentamente.
—¿Una VIP, eh? ¿También trajiste tu cable de internet?
Natalia parpadeó, confundida.
—¿Qué?
Selina apoyó su barbilla en su mano.
—Tus supuestos 'patrocinadores' se fueron en desgracia después de presentar una antigüedad falsa. ¿Por qué sigues aquí avergonzándote?
—¡Tú...! —Natalia hervía ante la lengua afilada de Selina—. ¡Realmente no entiendes lo poderosa que es la Familia Morris, ¿verdad? ¡Angelica te aplastará!
Selina rió suavemente.
—Sí, ustedes son como cucarachas... difíciles de matar. ¿Quién no admiraría tal resistencia?
El rostro de Natalia se puso rojo como un tomate.
—¡Selina! ¿Por qué eres tan malhablada? ¡Solo estás celosa de Angelica!