Palabras Venenosas

Rowan no mencionó a Zara por su nombre, ni una sola vez.

Pero de alguna manera, cada palabra se sintió como una bofetada en su cara.

Los ojos de Zara se abrieron con incredulidad.

¡Selina... la mujer en la foto de Twitter de Rowan era Selina!

Y Rowan dijo que era su diseño favorito en los últimos años.

Eso significaba que el vestido de Selina no era una falsificación, era una pieza personalizada, cuidadosamente elaborada por el mismo Rowan.

¿Pero qué acababa de hacer?

El rostro de Zara se tornó pálido como un fantasma, su cabeza sacudiéndose en pánico.

No. No. Esto no era lo que Angelica le había dicho.

«Ella dijo... ella juró... que Rowan nunca diseñaría para alguien como Selina... Angelica no me mentiría...»

Esa fue la razón por la que Zara se sintió lo suficientemente valiente como para ir contra Selina en primer lugar.

—¡Esto es tu culpa! ¡Debes haberlo sobornado o algo así, ¿no?! Sabía que eras esa clase de basura, Selina... ¡di algo!