El ladrón llama ladrón a otro

Selina instintivamente levantó la mirada.

La mirada de Logan era firme y suave mientras preguntaba de nuevo:

—El vestido ganador del último concurso de diseño... tú eras la verdadera diseñadora, ¿no es así?

—Las técnicas de diseño usadas en ese vestido están muy por encima del nivel de Angelica. Cada detalle refleja tu estilo y firma.

Selina sintió como si le hubieran apretado la garganta. Una oleada de amargura le picó la nariz.

Todos vitoreaban a Angelica, alabándola por ser una joven prodigio, aplaudiéndola por crear una obra maestra a tan temprana edad.

Pero solo Logan hizo la verdadera pregunta: ¿Era este el trabajo que te robaron?

Hace dos años, Selina había llegado a la final. Su boceto de diseño fue robado, y Angelica lo usó para sobornar a los jueces y llevarse el primer lugar.

No solo Angelica y el juez, Ellis, plagiaron su trabajo—incluso le dieron la vuelta a la situación. La acusaron de seducir a un juez y le quitaron su lugar en la competencia.