Anticipando el Mañana

—Nada —dijo Selina con calma—. Solo que el agua que te di también tenía algo. Y te la bebiste sin pensarlo dos veces.

—¡Tú...! —Katie se abalanzó sobre ella, pero se movió demasiado rápido y se desplomó en el suelo con un fuerte golpe.

Una repentina oleada de entumecimiento recorrió el cuerpo de Katie, haciéndola temblar por completo.

—Parece que está haciendo efecto. ¿Cómo se siente? —Selina la miró con interés.

La boca de Katie se secó. El pánico se apoderó de ella. Se arrastró hacia la puerta, solo para encontrarla cerrada.

En menos de un minuto, la dinámica de poder había cambiado. Ahora era Katie quien estaba desesperada por escapar.

—¡Selina, abre la puerta!

—¿No la cerraste tú misma? ¿Cómo es eso mi culpa? Solo modifiqué un poco la cerradura para que no pudieras abrirla —Selina pareció sorprendida.

Su tranquilidad era exasperante.

—¿De qué te sientes tan presumida? ¡Tú también bebiste el agua con droga! ¡Cuando Ellis regrese, estarás acabada! —estalló Katie.