Chapter 30 ¡Papá, eso no es justo!

El camerino estaba tan silencioso que incluso podía escuchar el sonido de la brisa.

"¡Rin!", sonó el teléfono de Eliza indicando batería baja, preocupada, apagó la linterna y evitó usarlo para al menos poder llamar a Graciana, pero en cuanto marcó el número, la pantalla se oscureció. ¡Se quedó sin batería!

La oscuridad la abrumó y no podía respirar, sintió que su corazón palpitaba más rápido de lo normal y la ansiedad la invadió pareciendo ver una monstruo con colmillos, le aterraba estar sola. Al ver la luz de la luna por la ventana, pidió ayuda desesperadamente: "¿Hay alguien ahí? ¡Por favor!¡Ayúdenme!"