122: ¡Sylvia Thompson estaba atónita! _2

En ese momento, Sylvia Thompson miró hacia el techo y se rió.

Había fantaseado innumerables veces sobre sus propios orígenes.

Quizás.

Ella también era hija de una familia adinerada.

Al igual que Viola, tenía unos padres amorosos.

Sus padres también la habían estado buscando todo este tiempo.

Pero la realidad le había dado un duro golpe.

Su madre era una sirvienta.

¿Y su padre?

Su padre era un jugador empedernido.

Un maestro en darse a la comida, la bebida y el juego.

¡Este era su origen!

No podía aceptarlo.

¿Por qué?

¿Por qué el destino era tan injusto con ella cuando Viola había nacido como la noble Joven Señorita de la Familia Thompson?

Y ella...

Estaba incluso peor que un gorrión.

—¡Dímelo! —gritó Sylvia a la Tía Zhang—. ¿Por qué no hablas ahora?

La Tía Zhang bajó la cabeza, con lágrimas en los ojos, y susurró:

—Lo siento...

No sabía qué más decir además de disculparse.

—¿De qué sirve una disculpa? ¿Puede compensar el daño que me has hecho?