123: Como una abuela_4

—Adelante.

Edward Thompson caminó hacia el baño.

En ese momento, Sylvia Thompson estaba parada en la entrada del jardín y le hizo señas:

—Hermano, ven aquí.

Edward se acercó:

—¿Qué pasa, Sylvia?

Sylvia sonrió y dijo:

—Hermano, eres bastante listo. ¿Cómo sabías que saldría aquí contigo?

—¿Te parezco un idiota? —Edward le dio una palmadita en la cabeza a Sylvia.

Sylvia miró hacia adentro:

—¿Lo viste?

—¿Ver qué? —Edward estaba curioso.

Sylvia continuó:

—¡A Viola, por supuesto! ¿No te parece que se ve muy familiar?

—¿En serio? —preguntó Edward.

Al ver la reacción de Edward, Sylvia inconscientemente suspiró aliviada y continuó:

—¿No te dije ayer que Borden tiene a alguien que le gusta?

—¿Qué quieres decir? —Edward frunció ligeramente el ceño—. No me estás diciendo que Viola es quien le gusta a Borden, ¿verdad?

—Sí —Sylvia asintió—. Así que, hermano, sé amable con Viola. Tal vez se convierta en nuestra cuñada.