Song Wanqiu pensó que al presenciar esta escena, Gong Chen encontraría desagradable el comportamiento casual de Lin Zhiyi.
Para su sorpresa, su expresión permaneció inalterada, con sus delgados dedos presionados contra su sien y la otra mano hojeando documentos en su regazo con aire indiferente.
—¿Me llamaste aquí solo para ver un espectáculo?
Su voz profunda llevaba un toque de frialdad, como si la persona frente a él no fuera su prometida sino una subordinada con bajo rendimiento.
Song Wanqiu apretó los puños, casi mordiéndose el labio interior hasta hacerlo pedazos, pero no se atrevió a replicar.
En ese momento, miró a Lin Zhiyi por el espejo retrovisor y sus ojos parpadearon.
Lin Zhiyi estaba realmente...
Viendo que Gong Chen estaba a punto de levantar la mirada, Song Wanqiu rápidamente extendió su mano para agarrar la de él.
—Tercer Joven Maestro, estoy aquí por la Presidente Yu de la Mansión Cha Hua.