—Sé que es difícil para ti, pero no tuve otra opción, por eso vine a suplicarte —dijo Lin Zhiyi, sus ojos mostrando su dilema.
—¿Suplicar? Así no es como se hace.
Chen Hongwei agarró la mano de Lin Zhiyi con fuerza en respuesta.
Lin Zhiyi se sobresaltó del shock, y su taza se estrelló contra el suelo. Aun así, Chen Hongwei no la soltó, sino que la jaló con fuerza hacia su abrazo.
—Sr. Chen, por favor suélteme. Vine sinceramente a discutir este asunto con usted.
Chen Hongwei mostró una sonrisa siniestra y lasciva.
—Zhiyi, yo también soy sincero. Ven, te mostraré cómo rogarme, y seguramente estaré de acuerdo.
Mientras hablaba, su otra mano aprovechó para rodear a Lin Zhiyi.
Lin Zhiyi levantó su mano para bloquearlo, evitando que avanzara más.
Por suerte, Chen Hongwei era más palabras que acciones, su cuerpo debilitado por la indulgencia, no tan fuerte como ella había imaginado.
—¡Sr. Chen, por favor tenga algo de dignidad! —dijo enojada, empujando a Chen Hongwei.