—Tercer Joven Maestro, la Señorita Lin se fue por su cuenta —susurró Chen Jin al regresar al lado de Gong Chen.
Gong Chen permaneció en silencio por unos segundos.
—Haz que alguien la vigile.
—Sí. Y además... —Chen Jin se acercó más y le susurró unas palabras al oído.
Gong Chen murmuró con rostro inexpresivo.
Se acercó a Song Wanqiu, extendió su mano para bajar el bolso del portaequipajes y casualmente le colocó el abrigo que llevaba en el brazo sobre los hombros.
—La Ciudad Shan es más fría que la Ciudad Jing.
—Mhm.
El rostro de Song Wanqiu estaba lleno de timidez, sus ojos rebosantes de anhelo.
Los invitados a su alrededor la miraban con envidia.
Lin Zhiyi, después de recoger su equipaje, encontró a Xue Man.
Xue Man estaba sola.
—La Señorita Song no se irá con nosotras.
—Mhm.
Lin Zhiyi ya lo había imaginado.
Justo cuando estaba pensando en ello, hubo un alboroto no muy lejos.