La expresión de Gong Chen era espantosa.
Sus ojos entrecerrados emitían un frío.
—Lin Zhiyi.
Lin Zhiyi lo miró directamente a los ojos.
—¿No sabías lo que hizo el anciano hoy? ¿Te resultó divertido vernos a mi madre y a mí luchando por ganar su favor? Realmente no quiero seguir jugando este juego contigo, esa noche quedó atrás, tío.
Entre ellos, la relación solo podía llegar hasta ese "tío".
Un destello frío brilló en los ojos de Gong Chen mientras se giraba y caminaba hacia la dirección del contenedor de basura.
Lin Zhiyi observó su figura alejándose con sentimientos encontrados, sin saber si esperaba que recuperara esa bolsa o simplemente la dejara estar.
Pero sabía que con cada paso que daba, su corazón se tensaba más.
Justo cuando Gong Chen estaba a punto de interceptar al sirviente, un grito agudo resonó desde el sendero del jardín.
Al voltear a mirar, parecía que Sang Ran, quien llevaba una pierna protésica, había tropezado con una losa y caído.