Lin Zhiyi chocó contra el hombro de Gong Chen.
Aunque la iluminación en el bar era tenue, aún podía sentir la mirada del hombre descendiendo sobre ella.
Algo se agitaba en sus tranquilas pupilas negras como tinta, pero al final, su nuez de Adán solo se movió ligeramente.
—¿De qué tienes miedo?
La voz del hombre era baja y ronca, contenida pero reteniendo fuerza.
Lin Zhiyi bajó la mirada y luego lo miró directamente.
—¿No es así como deben comportarse los menores frente a sus mayores?
Los ojos penetrantes de Gong Chen estaban fijos en ella, sin perderse ni un solo cambio diminuto en su rostro, su mirada era tan intensa que resultaba abrumadora.
Pero Lin Zhiyi solo lo miraba desconcertada, sin ninguna ola de emoción.
Él dejó escapar un resoplido frío en su garganta, como una burla de sí mismo mezclada con otras emociones.
Pero aún no la soltaba, su rostro inexpresivo mientras decía:
—Te ayudé, ¿no deberías ayudarme también? ¿Hm?