Li Muchen ciertamente lo escuchó.
El hombre, que era extremadamente apuesto con un aura poderosa, se sentó en su asiento, luciendo tan tranquilo como siempre.
Pero lo que otros no sabían era que su respiración se había entrecortado en el momento en que sus ojos se encontraron con los de la chica.
Su corazón, como si hubiera sido golpeado por algo, comenzó a latir salvajemente como nunca antes.
Li Muchen desconocía que además de ser la discípula de puerta cerrada de Feng Guolin, Lu Sheng también tenía una identidad misteriosa y desconocida como Rosy.
Y aquella tarde, había estado a su lado, escuchándola componer y tocar todo el tiempo. La chica no le dijo el nombre de la pieza, ni mencionó que fue escrita para él.
La chica siempre le daba sorpresas más allá de sus expectativas.
¿Cómo no iba a estar conmovido?
En el escenario, cuando ocurrió tal incidente inesperado, los resultados, que podrían haberse anunciado directamente, ahora tenían que posponerse.