Capitulo 2 Vamos a casa

Al día siguiente le dieron oficialmente el alta y Lind vino a recogerlo al hospital. Lind empacaba las cosas de Amis mientras el doctor le daba las ultimas instrucciones de cómo cuidar su yeso.

- No debe mojar su yeso, cuando se meta a bañar tiene que envolverlo en un protector para mantenerlo seco. Tome sus medicamentos a las horas indicadas y haga los movimientos que le dije. En dos meses debería estar reparado su brazo, solo fue una fractura, el hueso no se rompió en su totalidad, afortunadamente.

- Entendido, ¿algo mas?

El doctor exhala y lo mira seriamente.

- Si me permite ser franco… ¡ya no se lleve cosas raras a la boca! por su bien y el de su esposo…

Lo regaña. Amis ahora siente un poco de vergüenza al ser humano, pero sigue justificándose en que era por la ciencia. De todas formas el asiente con la cabeza.

- Si...

- Lo digo enserio, no quiero verlo por aquí tan pronto.

Amis sonríe un poco, el sabe que el doctor se preocupa por el cómo paciente.

- Lo intentare.

- Eso es suficiente promesa…

El doctor ya estaba harto de que las enfermeras se quejaran de Amis y sus extraños comportamientos. Lind toma la mochila de Amis y le jala la manga de la blusa levemente para atraer su atención.

- Ya empaqué todas tus cosas Amis.

- Perfecto, ya nos podemos ir.

Ambos se voltean a estrecharle la mano al doctor. Primero Amis que se ve despreocupado.

- Gracias doctor, no me espere tan pronto por aquí.

- Eso espero.

Después Lind.

- Gracias doctor, si sucede algo con Amis ¿podemos volver aquí verdad?

Lind aún estaba preocupado por la memoria de Amis.

- No se preocupe señor Park, ya regresaran esos recuerdos.

Con eso, ambos Amis y Lind se dirigen al estacionamiento. Lind lo guía a una camioneta económica familiar de color azul oscuro.

- Este es el auto.

Le indica Lind a Amis que ya se estaba yendo de paso.

- A- …ya lo sospechaba.

Lind le divierte un poco lo absurdo que puede llegar a ser el comportamiento de Amis. El le abre la puerta.

- Vamos, entra ya

- Por supuesto…

El detective a pesar de ser observador podía llegar a ignorar lo que estaba en sus narices momentáneamente por ver la imagen más grande. Ambos se suben al carro y Lind se sienta en el asiento del conductor. El todavía no enciende el motor, en vez toma aire y exhala, después se gira a ver a Amis.

- ¿Vamos primero a tu departamento?

Esto es lo que el detective estaba esperando.

- Si tu sabes donde es, adelante.

Lind frunce el ceño levemente en un gesto de resignación y preocupación. El conocía a Amis, seguramente su departamento era un desastre en ese momento. Pero lo que más le preocupaba a Lind es que recuerde como era el antes y empiece a actuar así de nuevo. Bebiendo en descontrol y lleno de odio a sí mismo.

El camino al departamento de Amis es silencioso. El detective nota la leve tensión en el ambiente pero no dice nada hasta que llegan al lugar. Se detienen en una casa relativamente grande para una sola persona y bajan del carro. La casa era de dos pisos, con un estilo moderno, en blanco y negro, y un jardín pequeño con el césped seco. 

- ¿Es este?

- Si…

Lind toma de entre las cosas del hospital las llaves de la casa pero Amis se le adelanto y giro la perilla notando que ni siquiera estaba cerrada la puerta.

- ¿Estaba abierta?

Lind se tensa y guarda las llaves en su bolsillo.

- Eso parece. 

Con su mano dentro del bolsillo toma un espray pimienta que siempre lleva consigo pero no lo saca. Se acerca a Amis primero con cautela y preocupación. 

- Amis-

- Está bien

Amis le asegura mientras abre lentamente la puerta y se asoma adentro. Lind lo toma del brazo.

- Espera- no entres ¿y si hay alguien?

Lind lo toma más firmemente del brazo con ambas manos y una mirada implorante.

- Ay que llamar a la policía…

Amis se mueve con calma y retira las manos de Lind de su brazo derecho enyesado. Se gira a ver adentro de la casa silenciosamente. Al frente solo se ve la sala de estar, desordenada y sucia. Botellas de Soju y comida instantánea en pequeñas bolsas y bultos en el suelo. Amis observa el polvo acumulado y decide entrar.

- No hay nadie.

Se cerciora de ese echo usando su olfato mejorado.

"Vaya que es útil tener nariz funcional en estos casos, sobre todo si se es sensible al aroma de otros alfas y omegas"

Hacia poco que el detective había descubierto que esos aromas que el encontraba en el aire y que eran terriblemente empalagosos eran de omegas. Tuvo que escuchar la explicación de como funcionaban las cosas. Al parecer él es un alfa.

- Ten cuidado, no pises nada.

El detective entra cuidadosamente por la casa, casi como si estuviera tratando una escena del crimen. Lind lo sigue adentro de la casa mirando alrededor. El detective observa detenidamente el entorno en estado de abandono. Hay un estante desacomodado, algunos libros por allí y por allá, ideas descartadas echas bola y desperdigadas. 

Ambos se hacen camino hacia la segunda planta en donde esta su habitación. Al entrar observan que esa habitación es lo único que esta ordenado. La cama está tendida, no hay basura en el piso, algunos libros están caídos en forma de domino en la estantería pero no aportan mucho a la escena

"¿Amis limpio su cuarto?" 

Lind se ve un poco contrariado al encontrar la habitación limpia entre tanto desorden del resto de la casa.

- Lind, de casualidad ¿mi teléfono sobrevivió al choque?

El detective extendió la mano detrás de el para tomarlo pero no recibió nada.

- No, no lo encontraron entre los restos del carro…

Lind no sabia lo que Amis estaba pensando, solo lo miraba tratando de entender por qué le hacia estas preguntas.

- ¿Cómo? ¿ni siquiera la carcasa?

El detective se volteo a ver a Lind desconcertado. 

- Solo a ti y al carro volcado.

El detective se puso a pensar.

"es extraño. La puerta abierta, el lugar es un desastre menos la habitación, es casi muy sospechoso. Teniendo en cuenta que se pensaba que Amis estaba ebrio cuando se volcó el carro pero… ¿desde cuando una persona ebria tiene la coordinación para limpiar su cuarto y luego conducir?."

El observa no recuerda haber visto gabinetes abiertos o señales de robo.

"No se ve que se hayan robado nada, al menos nada material pero igualmente ¿acaso un ladrón se pondría a tender la cama de alguien aleatoriamente? Es cuando menos extraño."

- ¿Me prestas tu teléfono un momento?

Lind duda un momento antes de desbloquearlo con el dedo y dárselo a él. Amis abre la cámara y toma evidencia del estado del cuarto. 

- ¿Qué haces? 

Lind se queda desconcertado, el inclina la cabeza levemente. Amis toma fotos del estado del cuarto y le regresa el teléfono.

- Listo, gracias.

- Eh…bueno...?

Se dirige al ropero y lo inspecciona antes tomar un par de prendas.

- Listo, con eso debería tener.

Lind le ayuda a empacarlo en la mochila y ambos se regresan cuidadosamente por el camino que tomaron. Esta vez Lind se asegura de cerrar la puerta con candado. Una vez en el carro Lind los conduce a su casa, donde antes vivían juntos.

"que peligroso. Tenia la puerta abierta…pero parece que no le robaron nada en toda la semana…"

Lind exhala aliviado. En un semáforo en rojo el desvía la mirada levemente para ver de a Amis de reojo.

"no parece que haya recordado nada aun… ¿pero por qué le tomo fotos a su cuarto?"

Amis lo noto viéndolo así que se giro y le sonrió levemente.

- Lind, el semáforo ya cambio a verde.

- Que-? oh- ya voy

"que tonto, concéntrate, no puedo darme el lujo de fallarle a mi familia una vez más"

Lind puso los ojos al frente y avanzo el carro. Un leve rubor apareció en sus mejillas por la vergüenza.

"Lind es tan fácil de hacer sonrojar…"

Pensó el detective y sonrió para si mismo. 

"Un momento, No. no debería pensar así del esposo de alguien más…aunque en teoría. El es mi esposo ¿no?"

El detective sacudió la cabeza ligeramente.

"no…de igual forma Lind se comporta así por que cree que soy Amis. Es mejor ser profesional en esta situación"

Al poco tiempo llegaron a unos suburbios mas avivados, con familias disfrutando en sus jardines delanteros de ver a sus hijos corretear por las banquetas. El carro se detuvo en frente de una casita de dos pisos, un poco vieja pero de apariencia acogedora. Al bajar del auto el detective sintió por primera vez el anhelo de tener una familia.

- Es muy bello.