Dios Mío

Con este pensamiento en mente, Ye Fan partió rápidamente, guiando al jabalí salvaje negro que acababa de recuperarse y comenzó a correr salvajemente.

Sin embargo, mientras corría y se apresuraba hacia adelante, la conmoción en sus ojos se volvió más clara y obvia.

Cuando vio la profunda zanja en el suelo, Ye Fan quedó atónito, y su expresión se volvió muy seria.

«Qué poder tan aterrador. Realmente creó una zanja tan larga en el suelo. ¿Qué nivel de experto está peleando?»

Ye Fan estaba extremadamente solemne. Adivinó quién era la persona que había atacado. La batalla entre el pequeño gigante y tal persona había causado una perturbación tan enorme. Definitivamente no era ordinaria.

Esto hizo que Ye Fan prestara más atención al pequeño gigante. Sintió que el pequeño gigante debía estar ocultando algún poder especial.

Con este pensamiento en mente, Ye Fan miró el vertedero de basura y miró el final de la zanja.