La Fruta de la Trascendencia Que Tenía Sus Propias Reglas

Esos miembros del culto eran como marionetas, controlados por algún tipo de habilidad. Sus cuerpos fueron asados en las llamas. Incluso si estaban protegidos por algún tipo de poder, aún así quedaron quemados en un estado miserable.

La temperatura aquí era demasiado alta. Las llamas estaban por todas partes. Lo más importante, había una extraña corrosión del Veneno de Fuego.

En tal ambiente, sin mencionar a los discípulos débiles, incluso aquellos en el Pico de Rango de Bronce estaban severamente limitados. No podían permanecer aquí por mucho tiempo.

Sin embargo...

Esos discípulos permanecían en las llamas como robots, sus ojos mirando fijamente al frente. Sus cuerpos estaban morados, sus rostros retorcidos, y murmuraban las palabras: «El Dios Extraño salva al mundo».

Esta escena hizo que Li Xuan se sintiera muy repugnado, especialmente porque había algunos niños entre los discípulos. Esto hizo que Li Xuan se sintiera aún más incómodo.