Árbol Gigante de la Contaminación

Sintiendo la energía que emanaba del anillo, la abuela ciega se sorprendió un poco. Su mano derecha golpeó suavemente el vacío varias veces, y dos ojos ilusorios se formaron lentamente.

Después de que los ojos ilusorios se formaron, rápidamente se posaron sobre los ojos de la abuela ciega.

En un instante, la abuela ciega pareció poder ver, y de hecho giró la cabeza para mirar el anillo.

—¿Qué sucede? —preguntó el Santo de la Espada desconcertado.

—Alguien me envió una comunicación a larga distancia. Déjame ver quién es.

La abuela ciega giró la cabeza y miró fijamente el anillo con sus ojos ciegos. Un momento después, una extraña expresión apareció en su rostro.

—¿Quién lo envió? ¿Por qué pones esa cara?

El Santo de la Espada estaba perplejo. No podía entender por qué la abuela ciega tenía esa expresión.

—Santo de la Espada, ¿aún recuerdas al Cambiaformas? —preguntó la abuela ciega.