No muy lejos, sobre la exuberante hierba verde...
Un hombre panda sostenía dos largos cuchillos brillantes mientras corría desde lejos.
Los ojos de este hombre panda eran extremadamente fríos. Cuando miraba a los hombres de la Raza Cocodrilo, era como si estuviera mirando a gente muerta.
Además, el aura del hombre panda era extremadamente aterradora, haciendo que el corazón del capitán palpitara. Sintió un peligro extremo.
Sin la más mínima vacilación, el capitán gritó con miedo:
—¡Corran! Llévense al joven líder del clan y corran rápido. ¡Yo lo bloquearé, rápido!
¡Whoosh!
Un destello de hoja afilada pasó, dejando un hermoso anillo de luz en el aire.
El capitán de la Raza Cocodrilo sintió un escalofrío en el cuello, y luego el mundo giró. Cuando aterrizó, vio su cuerpo decapitado.
¡Bang!
El cuerpo del capitán cayó al suelo, haciendo un sonido sordo. Miró la espalda del hombre panda con los ojos bien abiertos.
¡Whoosh! ¡Whoosh! ¡Whoosh!