Rango de Oro

—Sí, gracias, Xuan —dijo Qin Yue agradecida.

—¿Todavía quieres darme las gracias? Llámame cariño —Li Xuan sonrió y pellizcó la pequeña cara de Qin Yue.

—Ca... cariño.

Qin Yue estaba un poco avergonzada, pero aun así lo obedeció dócilmente. Sin embargo, sus grandes ojos estaban húmedos y llenos de timidez.

Li Xuan miró el aspecto tímido de Qin Yue, su apariencia linda e inocente, y su pequeña boca sonrosada. Al instante, su corazón le picaba como la pata de un gato.

Sin dudarlo, Li Xuan bajó la cabeza y besó la suave boquita de Qin Yue.

En un instante, una sensación fría y resbaladiza lo invadió, haciéndole difícil soltarla.

Durante este proceso, Qin Yue era como una gatita, acurrucada tontamente en los brazos de Li Xuan. Parecía estar perdida, pero no detuvo a Li Xuan. En cambio, se sentía feliz desde el fondo de su corazón.

El tiempo pasó, y pronto, transcurrieron unos días más.