¡Las 4 Diosas Inician la Guerra Santa!

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Al escuchar las palabras de Li Cheng, la expresión de Angel Snow y la forma en que miraba a Li Cheng cambiaron inmediatamente. En lo profundo de sus hermosos ojos había un odio profundo.

Anteriormente, ella había pensado que Li Cheng era digno de ser el Duque de la Iglesia de la Luz. Tenía un corazón bondadoso. Ahora, parecía que este Duque era un completo oportunista. ¿Estaba pidiendo el Altar Astral y la Sala de Oración del Supremo Agen?

¡Esos eran los tesoros secretos del Clan de los Ángeles!

Por el orgullo del Clan de los Ángeles, ella subconscientemente quería rechazarlo, pero la voz de Li Cheng sonó de nuevo:

—Creo que deberías informar esto a tu superior. Como soldado raso, no tienes derecho a tomar una decisión.

Angel Snow respiró profundamente, apretó los dientes y dijo:

—¡Está bien!