En el camino, Han Jue llegó sin darse cuenta al nivel 27 del cielo.
Allí, una lluvia torrencial caía. Era una lluvia Dhármica que podía erosionar los Poderes Dhármicos. Incluso un Emperador Inmortal no podía resistirla por mucho tiempo.
Cuando Han Jue escuchó la explicación del Emperador Celestial, quedó conmocionado.
Si el 27º Cielo ya era tan aterrador, ¿qué tan aterrador sería el 33er Cielo?
Al mismo tiempo, tuvo un pensamiento.
¡Nadie lo molestaría si cultivaba aquí!
Con razón esas poderosas figuras se escondían fuera de los cielos.
«Cuando me convierta en un Cultivador del Cielo Cenital, me mudaré aquí y me mantendré alejado de los conflictos de los mundos», pensó Han Jue en silencio, y sus ojos se llenaron de anticipación.
Pronto, atravesaron el 30º Cielo y llegaron. Han Jue sintió el poder del Dao Celestial. Era extremadamente opresivo y lo hizo temblar de miedo.