Reencarnación del Dao Celestial, Correo Extraño

Mirando la cara obstinada de Han Ming, Han Jue quedó un poco aturdido.

No hacía falta decirlo, este chico realmente se parecía un poco a él.

Sin embargo, no era tan guapo como él.

Había pensado que Han Ming elegiría quedarse en la Isla de la Secta Oculta. No esperaba que este chico tuviera tal determinación. Realmente eligió reencarnarse.

En ese caso...

¡Cumpliré tu deseo!

—De acuerdo, pero el ciclo de reencarnación ha estado caótico últimamente. No es fácil reencarnarse. Espera un momento —dijo Han Jue.

Con eso, colocó el alma de Han Ming en su manga.

Desde el principio hasta el final, la favorabilidad de Han Ming hacia él no disminuyó.

Parecía que este tipo no odiaba a Han Jue. Simplemente no estaba convencido.

Esto hizo que Han Jue lo valorara mucho.

Anteriormente, Han Jue siempre había estado vigilante. Siempre sintió que Han Ming se aprovecharía de él e incluso sería una carga.