Han Jue del Futuro, Viéndolo Todo

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En realidad, ser controlado por el Dao Celestial no era algo malo. Muchos seres vivos encontrarían difícil alcanzar el Reino de la Deidad incluso si vivieran diez vidas, cien vidas o diez mil vidas, y mucho menos alcanzar el Cielo Cenit, los Pseudo-Sabios y los Sabios.

Bajo tales circunstancias, no se atrevía a imaginar cómo sería superar el Dao Celestial.

Al igual que los mortales no podían imaginar qué había fuera del universo.

Cuando la fuerza alcanzaba el límite, era absolutamente imposible diferenciar entre alto y bajo. Los Sabios eran omnipotentes e inmortales. ¿Qué tan fuertes eran las existencias que los superaban?

Incluso Han Jue no podía imaginarlo.

—¿No hay ninguna figura poderosa que no dependa del mérito para alcanzar el Dao? —preguntó Han Jue con curiosidad.

—Sí, tienes el aura del Dao del Karma en ti. Debes haber estado en la Gran Sala del Último más allá del nivel 33. El Ancestro Xitian es uno.

La respuesta de la Emperatriz Houtu sorprendió a Han Jue.