La apariencia actual de Herman era extremadamente miserable.
Su cabello estaba erizado, su rostro estaba chamuscado y su ropa estaba hecha jirones.
Lo peor era que sus órganos internos habían sufrido un daño considerable. El poderoso poder destructivo y el efecto paralizante de la magia eléctrica lo convirtieron en un saco de boxeo frente a la Pitón Eléctrica.
«Me pregunto si el Joven Amo Bradley y los demás han escapado del peligro».
Herman estaba muy ansioso.
La razón le decía que la gigantesca Pitón Huracán no había regresado con ira, lo que significaba que Bradley y los demás estaban en peligro.
Tenía que abandonar la batalla aquí lo antes posible, escoltar a Bradley hasta la Tierra Santa élfica, o evacuar lo antes posible.
Pero.
¡Herman no podía hacerlo ahora!
—¡Sisss!
Herman se dio la vuelta cuando escuchó el sonido, y una expresión amarga apareció en su rostro.
La Pitón Huracán había regresado.
Apenas podía resistir a una pitón de nivel 9, y menos aún a dos.