Joelson llamó a un carruaje y se dirigió a la Cámara de Comercio de Provenza.
Recordó que cuando quería vender pociones espirituales caseras, el cochero lo había llevado a la Cámara de Comercio de Provenza.
La Cámara de Comercio de Provenza era una de las cámaras de comercio más grandes de la capital.
La tienda de pociones era muy grande, varias veces el tamaño de la Cámara de Comercio de Lucca. Las decoraciones también eran muy lujosas.
Todo tipo de pociones estaban colocadas en el mostrador. Las más llamativas eran las armas mágicas de forma única y las pociones bicolores hechas de rojo y azul de diferentes tamaños.
—Mi respetado mago, ¿hay algo en lo que pueda ayudarte?
Tan pronto como Joelson entró, un dependiente bien vestido y educado se acercó inmediatamente a él.
Cuando el dependiente vio las seis franjas doradas en el pecho izquierdo de la túnica de mago que llevaba puesta, sus párpados se crisparon y su actitud se volvió aún más respetuosa.