El dragón había firmado un contrato con los humanos. La única forma de romper el contrato era matar a uno de ellos. Era fácil imaginar lo que le sucedería a Joelson. El joven reveló una expresión de arrepentimiento.
El anciano lo miró y dijo con alivio:
—Hay innumerables genios en el nivel santo. Hay muchos expertos jóvenes que son incluso más talentosos que Joelson Edward. Ai Newman. No hay necesidad de sentir lástima por un enemigo de la luz.
—Sí, maestro.
El joven conocido como Ai Newman asintió solemnemente.
En este momento, la expresión del anciano cambió, y dijo con calma:
—Ya están aquí.
Ai Newman instintivamente miró a la distancia.
Este pequeño pueblo que estaba aislado en el páramo estaba rodeado de tierra plana. Muchas personas lo vieron también, y se escucharon jadeos.
Solo podían ver que desde la niebla del páramo, una figura malévola y enorme volaba hacia ellos.
Se estaban acercando.
Todos lo vieron.
Era un aterrador dragón dorado oscuro.