¿Guerrero de Runa Dorada? ¡Mátalo con una palma!

Mansión del Señor de la Ciudad, Ciudad Meteoro.

—¡Eugene!

Un hombre fuerte como un león entró a zancadas. Su largo cabello dorado caía, y había un toque de rojo en su frente. Sus ojos ardían y tenía un aura poderosa.

—¿Cuál es el gran problema? ¿Por qué tanta prisa en hacerme venir aquí?

Eugene mostró una cálida sonrisa en su rostro y dio la bienvenida a Spencer al salón. Hizo un gesto con la mano, y dos tímidas criadas se acercaron rápidamente.

Sus suaves y pequeñas manos presionaron los hombros de Spencer.

Chisporroteo chisporroteo...

Una de las doncellas gritó de dolor. Cuando su mano tocó el hombro de Spencer, fue como tocar un hierro al rojo vivo. Su mano se quemó instantáneamente hasta quedar cubierta de ampollas sangrantes.

Los ojos de Eugene brillaron con una luz siniestra. Un rayo salió disparado de su mano e instantáneamente quemó a la doncella hasta convertirla en un cadáver carbonizado.