¡El Único Dios en la Tierra de Runas!

En ese momento, cinco guerreros rúnicos de nivel cristal y docenas de nivel oro ya habían llegado frente a ellos, cada uno mostrando una expresión feroz mientras se acercaban.

La combinación de los diversos tipos de poder rúnico hacía que la gente sintiera involuntariamente un aura bastante poderosa.

Kokonoro dio un paso adelante y se interpuso frente a Joelson y Connie. Dijo:

—Después, me transformaré y me enredaré con esos guerreros rúnicos de nivel cristal. Ustedes se encargarán del resto.

Antes de que Kokonoro pudiera terminar sus palabras, sus ojos se abrieron de repente. Su rostro estaba lleno de incredulidad.

Solo vio a Joelson mirarlo casualmente, antes de agitar su mano descuidadamente en dirección a las docenas de guerreros rúnicos.

Era como si estuviera espantando un grupo de moscas.

Su palma clara dibujó un arco de platino en el aire.

El arco se magnificó rápidamente, y la luz casi cubrió el sol en el cielo.

¡Whoosh!