No pasó mucho tiempo para que Sagrado regresara, siguiendo a Du Lu, el dragón de acero y Lightning.
—¡Rugido!
—¡Rugido!
El dragón de acero y Lightning dejaron escapar gruñidos emocionados, transmitiendo su alegría al ver a su padre.
No habían visto a Joelson en más de un año.
Joelson extendió la mano y tocó las cabezas del tamaño de una montaña del dragón de acero y Lightning.
—Hoy voy a enseñarles un hechizo —dijo Joelson mientras miraba a los tres dragones.
Du Lu, el dragón de acero y Lightning inclinaron sus cabezas, causando un huracán. Sus enormes ojos estaban llenos de confusión.
No entendían lo que su padre quería decir.
Todos eran del linaje de los dragones antiguos. ¿Aún necesitaban aprender magia?
¿No era la magia algo que se podía aprender al nacer?
¿Todavía necesitaban aprenderla?
Joelson rió amargamente. Se sentía impotente y no sabía qué decir.