La Cacería Había Comenzado

—Milord, ya le he dicho todo lo que sé. ¿Puedo irme ahora?

El semidiós miró hacia Joelson mientras preguntaba, sus ojos llenos de terror.

Todos habían pensado que Joelson solo se había apoyado en su dragón gigante, razón por la cual había podido matar a Adrián, quien había entrado al plano de prueba.

Pero ahora, parecía que incluso si Joelson no invocaba a su dragón gigante, su propio poder ya era lo suficientemente aterrador.

La escena de hace un momento había dejado una marca indeleble en el corazón del semidiós.

El semidiós esperó la respuesta, todo su cuerpo temblando de miedo.

Pero vio la mirada fría del semidiós.

La mirada originalmente aterrorizada del semidiós se convirtió en desesperación.

—¡Ya te he dicho todo lo que sé! ¿Por qué aún no quieres dejarme ir? —gritó salvajemente el semidiós, todo su ser hundiéndose en la locura por la desesperación.

Joelson lo miró con calma, luego dijo:

—Nunca dije que te dejaría ir.