Joelson había tomado el control completo del reino divino perdido.
Sabía que el reino divino perdido, como reino de un soberano, era muy grande. Podría compararse con un plano inferior.
Si uno comparara los planos del medio continente, ¡el reino divino perdido era al menos del tamaño de diez planos del medio continente!
Joelson no pudo evitar sentir que era algo irreal.
No habían pasado cincuenta años desde que había emprendido el camino del cultivo y meditado por primera vez.
Sin embargo, ya había dominado un reino divino que era diez veces más grande que el plano central de su tierra natal.
Si alguien le hubiera dicho esto hace cincuenta años, probablemente él mismo no lo habría creído.
Pero ahora, todo esto era real.
Joelson no pensó demasiado. Rápidamente recuperó su estado de ánimo y retrajo sus pensamientos.