—Se puede decir que el mundo ha cambiado. Suspiro, todavía tengo que agradecer a ese joven dragón. Si no fuera por él causando tal cosa, me temo que seguiría en mi sueño sin saber...
—dijo con emoción el Rey Ente.
—¿Oh? Entonces... mi rey, ¿quiere decir que no interferirá violentamente en su pelea?
—dijo confundido un guardia.
—Sí, sí, no deberíamos interferir con su pelea. No deberíamos interferir demasiado en este nivel de combate.
—asintió y dijo el Rey Ente.
—Entonces, mi rey, ¿quiere decir que no deberíamos interferir con ellos?
—preguntó confundido el guardia.
—No, no, no, jajajaja... eres realmente estúpido.
—se rió el Rey Ente.
—Si no hacemos nada, todo el Inframundo estará acabado. Han desgarrado el núcleo del Inframundo. El Inframundo está siendo destruido. Si no interferimos, el Inframundo estará acabado.
El Rey Ente caminó hacia la plataforma de observación de la ciudad-estado y miró la onda expansiva en la distancia.