—Qué trágico... los humanos todavía no pueden obsesionarse demasiado con ciertas cosas...
Mirando la expresión dolorida y confundida del hombre esqueleto, Joelson sintió un temor persistente. Temía acabar como él si moría ese día.
—Tranquilo, padre mío. Conmigo cerca, con mis hermanos y hermanas alrededor, ese tipo de situación sigue siendo algo muy lejano para ti...
Hades batió sus alas de dragón. El meticuloso Hades podía percibir los pensamientos de su padre y dijo.
—Bueno, no caí en ese tipo de emoción, pero gracias por tu preocupación, Hades.
Joelson tocó a Hades con gratitud.
—Godfrey, ¿puedes encontrar una manera de consolar a este esqueleto de nuevo? Si está en tal dolor y confusión, no podremos hacerle preguntas.
Joelson tocó a Hades mientras preguntaba.
—Sí, puedo.
Godfrey sacó un pequeño frasco de medicina de su bolsillo y lo agitó. El líquido blanco lechoso en la botella brillaba con una luz suave.
—Entonces, tendré que molestarte, Godfrey —dijo Joelson.