¡Dragin, pobre de ti!

En el Lago Luna Clara.

Innumerables olas se precipitaban hacia el cielo, formando paredes tan altas como varios pies, pareciendo las garras de un demonio listo para atacar la tierra en cualquier momento.

¡Rugido!

Las fuertes olas rugían con ira. Era como si el mundo hubiera perdido sus colores.

El habitualmente tranquilo Lago Luna Clara era diferente a lo usual. Era casi como si hubiera dos extremos. Se estaba volviendo salvaje y aterrorizando a los observadores.

Las olas eran imparables. Nubes oscuras comenzaban a aparecer en el cielo junto con truenos. Parecía que una fuerte lluvia estaba por caer.

En el aire, muchos orbes de luz pasaban volando de vez en cuando. Había algunos hechizos lanzados sobre el lago, evitando que las olas atacaran.

Los cultivadores acudían apresuradamente desde todas partes. El shock y la preocupación eran evidentes en sus rostros.