Inframundo.
Innumerables almas estaban gimiendo.
Todos los Onis estaban agotados, todos estaban ocupados.
Mientras tanto, tenían una mirada de pánico en sus rostros. Este asunto era mucho más grave de lo que esperaban.
El camino entre la vida y la muerte se reabrió. La Estigia había cambiado, los Reyes Fantasma dormidos estaban despertando uno tras otro. Lo más importante era que no había solo una Puerta Fantasma. La puerta podía aparecer en cualquier momento en todas las partes del reino ordinario. El número de fantasmas había superado el número de Onis en el Inframundo. ¡Se estaba saliendo de control!
Mientras tanto, en la Estigia, entre el mar hirviente de sangre, había una ráfaga de risa salvaje junto con algunos gemidos.
Aquellas almas que habían estado dormidas desde los tiempos antiguos habían sido despertadas una tras otra. Estaban reacias, eran crueles, querían salir de esta prisión para ver el mundo exterior.