Tal Vez Malinterpretaste las Actuaciones

El Gran Señor Demonio retrocedió. No parecía nada contento. Sacudió la cabeza alarmado y dijo:

—¡De ninguna manera! Esta lanza es la base de los Demonios. ¡No se la prestaremos a otros!

La dama de rojo sonrió y dijo:

—Esas fueron las palabras del Señor Demonio. El Señor Demonio está muerto ahora, así que tú decides quién la toma prestada. Además... Prestarnos la lanza es beneficioso para ambos.

El Gran Señor Demonio sonó determinado:

—¡Yo decido, y aún decido no prestártela!

Frunció el ceño. Tuvo que suspirar porque no podía decidirse.

Ese fue un momento que mostró la importancia de un buen liderazgo. En aquel entonces, sin importar lo que el Clan Asura tuviera que decir, el Señor Demonio los rechazaría con confianza. Incluso si el Señor Dios Demonio estaba en un profundo sueño, el Señor Demonio nunca permitiría que el Clan Asura se volviera poderoso.