Una Sentencia del Experto, Regalo del Dios

El día siguiente.

Estaba brillante afuera. La cegadora luz del sol caía desde el cielo. Era bastante fuerte. El sonido de pájaros e insectos podía escucharse por todas las montañas.

La primavera terminó sin darse cuenta. El aire comenzó a sentirse caliente.

En la Montaña Inmortal Caída.

Una nube llegó rápidamente desde el cielo. La nube era más gruesa que una nube normal. ¡También había una enorme olla de jade sobre ella!

La olla era demasiado gigantesca. Era como un disco gigante en el cielo. Se veía majestuosa.

—¡Cuidado!

El Emperador de Jade ordenó severamente:

—No dañen la hierba ni los árboles de por aquí. ¡Este es el territorio del experto!

—¡Sí, entendemos!

Todos asintieron. Lentamente aterrizaron la nube y colocaron cuidadosamente la olla en un campo al pie de la montaña.

—Cuídenla. No podemos permitirnos errores. ¡Tampoco la toquen sin más! —el Emperador de Jade y Ao Cheng recordaron a todos los soldados y soldados crustáceos. Luego, subieron la colina.