Un Viaje Espontáneo

Li Nianfan guardó el Mapa Mundial. Sonrió y dijo:

—Nanan, vamos. Hagamos un viaje espontáneo.

Nanan estaba encantada. Dijo sin dudar:

—Sí, hermano.

No empacaron nada. Pronto salieron de la arquitectura de cuatro partes.

Li Nianfan sonrió y dijo:

—Xiao Bai, si alguien viene de visita, diles que me fui de viaje.

Xiao Bai los acompañó hasta la puerta como un caballero.

—Sí, mi noble Maestro.

Nanan preguntó con curiosidad:

—Hermano, ¿adónde vamos?

—Según las indicaciones del mapa, primero iré a la Aldea Gaolao. Luego, iremos al Reino de las Hijas después de pasar por el Río Liusha. Nuestra última parada... ¡es por supuesto el Templo Wuzhuang!

Li Nianfan ya tenía un plan en mente. Luego, dijo:

—Pero antes de eso, vamos a la Ciudad Caída.

Debía visitar el Templo Wuzhuang. Después de todo, su vida estaba en juego. Sabía que era desesperanzador, pero aún así no quería rendirse. Lo consideraba como último recurso. Tenía muchas expectativas.