El tiempo era como el agua.
Pasaba con calma.
En un abrir y cerrar de ojos, ya era el día de su boda.
Hoy, el cielo estaba cubierto de un resplandor rojo—un día milagroso. La tierra estaba en orden con luces por todas partes. Incluso en algunas colinas vacías, había grandes flores rojas.
Hoy, los pájaros estaban por todas partes, trinando de alegría.
Hoy, el mundo estaba celebrando este día. Esto era más importante que cualquier ocasión. Todos estaban ocupados con papeles rojos de bendición frente a sus casas. Todos sonreían y se sentían festivos. Era una celebración.
Los niños estaban de buen humor. Estaban encantados y jugando. Sus risas se escuchaban en todos los rincones.
Innumerables personas salieron de sus habitaciones para mirar el cielo lleno de rojo. Todos estaban asombrados.
Esta era una vista rara. El mundo estaba celebrando este día. Era una vista única en la vida. Cada hombre común se sentía encantado mirando el cielo.
—¡Mira, mira la estrella allí!