Los ojos de Lin Chuxia se ensancharon ligeramente mientras miraba la mano extendida de Wang Teng frente a ella.
Lin Chuhan también se sorprendió por la repentina acción de Wang Teng. Ella era quien mejor entendía la condición de su hermana menor. Cualquiera que se acercara a un radio de un metro se vería afectado, mucho menos con interacción física directa.
Quería detener a Wang Teng, pero Lin Chuxia habló primero.
—¿No me tienes miedo?
—¿Miedo de qué? —preguntó Wang Teng.
—¡Miedo de mi cara! Miedo del aire a mi alrededor.
—Mírame. ¿Crees que parezco afectado? —preguntó Wang Teng sonriendo.
Lin Chuhan, que estaba de pie junto a ellos, quedó atónita. Miró a Wang Teng con incredulidad.
En efecto.
Una persona normal ya se habría sentido incómoda a una distancia tan cercana. Sus rostros también comenzarían a ponerse verdes.
Sin embargo, Wang Teng parecía no verse afectado.
—Wang Teng, tú...