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La hermosa aparición oscura ignoró la ira del General demoníaco de ocho brazos y continuó reprendiéndolo:
—Zurz, fallaste tu misión. El maestro estará furioso.
La expresión del General demoníaco de ocho brazos cambió. Sin embargo, se calmó forzosamente y se burló:
—Eso no es asunto tuyo. Recibiré mi castigo voluntariamente.
—No está mal, eres inteligente. Espero que no llores y busques a tu mami —Mitis cubrió su boca y rió.
Las venas en la frente de Zurz comenzaron a hincharse. Estaba estallando de ira, pero tenía que soportarlo porque no podía vencer a Mitis. Dejó de hablarle por completo.
Mitis hizo un puchero. Colocó su mano frente a sus ojos y miró a lo lejos:
—Suspiro, están viniendo.
Varias auras de etapa general se acercaban a gran velocidad. Las aterradoras auras se precipitaron hacia ellos como una ola enorme.
Zurz finalmente las notó, y su expresión sufrió un gran cambio:
—¿Por qué no me lo dijiste antes?
—Oh, lo olvidé —Mitis sonrió hermosamente.