¡El Miedo a Ser Dominado por las Llamas!

Los músculos en el rostro del General demoníaco de ocho brazos se crisparon furiosamente mientras miraba a los tres dragones ardientes frente a él.

—¡Esto es indignante!

—¿Cómo te atreves a torturarme así?

—¡Yo también tengo mi dignidad!

—Me has forzado la mano, mocoso. Déjame mostrarte la técnica prohibida de nuestra Raza del demonio de ocho brazos —la expresión del General demoníaco de ocho brazos se tornó horrible.

En el momento en que terminó de hablar, un espeso resplandor púrpura-negro brotó de su piel. Sus ojos rojo escarlata brillaron intensamente.

Al siguiente momento, todos sus músculos comenzaron a retorcerse, y su altura aumentó. Se volvió más grande y alto, dando a la gente una presión sin precedentes.

Al mismo tiempo, el poder de su aura aumentó múltiples veces.

Bajo sus músculos, sus venas sobresalían y palpitaban viciosamente. Parecía que estallarían en cualquier momento. La sangre se filtraba por los poros de todo su cuerpo.