Qiu Bo abrió los ojos con incredulidad. Su anillo espacial había sido abierto, y había sufrido el contragolpe instantáneamente.
Miró a Wang Teng con miedo.
—¿Qué demonios has hecho?
—No te preocupes, solo lo estoy abriendo para echar un vistazo. No seas tacaño —Wang Teng lo miró y se rio—. Déjame ver qué tesoros tienes dentro.
—¡No! —Qiu Bo gritó apresuradamente—. Hay misiones confidenciales de la Tropa de Arce Estrella dentro. Si las ves, serás arrestado por la Tropa de Arce Estrella. Serás llevado a juicio sin importar dónde estés.
—¡Dios mío! —dijo Wang Teng con desdén—. Lamento informarte, pero soy un guerrero marcial de la Tierra.
—¿Qué? —Qiu Bo entrecerró los ojos.
—Me pregunto si tu tropa puede juzgarme en primer lugar —preguntó Wang Teng.
—Aun así, si hay una filtración, mi tropa seguirá pidiendo a la Tierra que te entregue a nosotros. Todavía tienes la oportunidad de detenerte ahora —Qiu Bo encontró una excusa.