¡Espíritu del Reino Imperial!

El General Demoníaco de Ocho Brazos de repente abrió los ojos con sorpresa. Bajando lentamente la cabeza, vio el enorme agujero en su pecho. La sangre fluía como un arroyo.

—¿Cómo... es esto posible?! —La incredulidad llenó su rostro. Nunca pensó que resultaría gravemente herido por un guerrero marcial humano de nivel soldado.

Los recuerdos de Ciudad Yang flotaron en su mente. En aquel momento, podía matar a este humano tan fácilmente como a una hormiga. Casi mató a este insignificante humano con un lanzamiento casual de su lanza en ese entonces. Si alguien no lo hubiera salvado, habría muerto.

Sin embargo hoy, como aparición oscura de etapa general, fue gravemente herido por su propia lanza. Era la misma lanza, pero el resultado era completamente diferente.

¡Qué irónico!

Wang Teng se mantuvo erguido en el pararrayos, mirando al General Demoníaco de Ocho Brazos con su mirada afilada.

—¿Qué te parece esta lanza?