—¡Cada bestia sobre la superficie del agua le juró lealtad!
El aterrador Gran Simio Tormenta de Viento se encontraba a cierta distancia, acompañado por truenos y tormentas, como una gigantesca bestia primitiva de tiempos antiguos.
¡La atmósfera se tensó en un instante!
Los guerreros marciales de etapa general lucían extremadamente solemnes. Se reunieron instintivamente mientras miraban al simio gigante como si estuvieran enfrentando a un gran enemigo.
—¿Y ahora qué? ¡Esta bestia marina está muy por encima de mis expectativas! —murmuró el Gobernador Jiang con una expresión incómoda.
Todos sacudieron la cabeza y se quedaron sin palabras.
—¿Qué tal si simplemente admitimos la derrota? —Una voz despreciable llegó a sus oídos.
—... —Todos miraron a Wang Dapao al unísono.
Wang Dapao se sobresaltó. Varios pares de ojos estaban sobre él, y de repente sintió un escalofrío. Avergonzado, tosió incómodamente. —¡Solo bromeaba, solo bromeaba!