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Las nubes oscuras se arremolinaban, ¡y las escamas blindadas del dragón desprendían una sensación salvaje!
¡El Dragón del Trueno emanaba un aura majestuosa mientras se elevaba en el cielo!
Una ola de presión surgió del Dragón del Trueno, tan opresiva que el cuero cabelludo de todos hormigueaba y apenas podían respirar.
En el Continente Bóveda del Cielo, los hechizos de séptimo grado ya eran considerados hechizos de alto nivel capaces de causar destrucción masiva y contenían un nivel temible de destructividad.
En el momento en que un hechizo de séptimo grado golpeara completamente a un Guerrero de Octavo Grado, sufrirían heridas graves incluso si sobrevivían. Esta era la razón por la que cada persona presente allí temía tanto al dragón del trueno que estaba arriba.
Sin embargo, lo más temible aquí era que...